Tabasco, 31 marzo; poderycritica.-No hay redención, ni salvación, sin sacrificio, sin entrega y sin amor, manifestó el obispo de Tabasco, Monseñor Gerardo de Jesús Rojas, al celebrar la representación número 49 del viacrucis de Tamulté.
Al filo de las 10 de la mañana, Jesús es presentado ante el Obispo de Tabasco, quien realiza una pequeña explicación del significado del sacrificio de Jesucristo, y ora para que todo salga bien, iniciando así, la representación número 49 de la pasión y muerte de Cristo.
“Son días de silencio interior y de contemplación; esta mañana nos atrae Jesús, por sus llagas hemos sido curados, dice el profeta Isaías. Es día de contemplar el amor, el amor en la cruz como decía el Evangelio de ayer (Jueves Santo); el amor que se traduce en sacrificio y el sacrificio que lleva a la entrega, la entrega que lleva a la salvación y a la redención”, expresó.
Ya preso Jesús, es presentado ante el Sanedrín, en donde los Consejeros determinaron que era prudente llevar al prisionero ante Caifás, el Sumo Sacerdote, y quien promovería la pena de muerte de Jesucristo, ante Pilato.
“Cura a los enfermos con magia, con ayuda de demonios y se proclama Rey de los Judíos; no respondes a estas acusaciones… Todo este juicio es una trampa, todo lo que he escuchado de los testigos, son contradicciones… debe ser acusado con los romanos, para que muera, porque se hace pasar por el Hijo de Dios”, manifestaron.
El remordimiento no deja a Judas, el discípulo que entregó a Jesús a los sacerdotes, por lo que decide presentarse ante ellos y regresarles las 30 monedas de plata que le dieron en pago por traicionar a su maestro, y a cambio pide que sea liberado, pues el Nazareno es inocente, sin embargo, ya es demasiado tarde.
“El dinero que me dieron, estas malditas piezas de plata que me queman las manos – Judas, si piensas que has traicionado sangre inocente, es tu problema, toma tu dinero y márchate de aquí”, dialogaron.
El sol aprieta en la avenida Gregorio Méndez, en donde 120 actores y actrices llevaron a cabo la representación número 49 del viacrucis de Tamulté.
Jesús, es llevado ante el Gobernador Poncio Pilato, quien al no encontrar delito alguno en el prisionero, lo envía con el Rey Herodes, para que lo juzgue como Galileo, sin embargo, tampoco lo considera culpable de ninguna falta que amerite una pena, por lo que los sacerdotes, regresan con Pilato.
De regreso con Poncio Pilato, este ofrece a la muchedumbre que acompañaba a los sacerdotes, liberar a un prisionero como muestra de benevolencia y tradición, por lo que da a elegir entre Jesús y Barrabás, con la esperanza de que los seguidores del Nazareno, pidan su libertad, sin embargo, la voluntad de los Sacerdotes se impone y piden que liberen al ladrón y asesino, mientras que para Jesús piden la pena de muerte.
“Como muestra de gratitud y benevolencia, he decidido liberar a un prisión en honor a nuestra Pascua, y tenemos a dos prisioneros: Barrabás y Jesús ¿a quién perdono? ¿A Barrabás el asesino o Jesús llamado el Mesías? – Ese no es el mesías, es un impostor. Deja libre a Barrabás ¿y qué hago con Jesús de Nazaret? – Crucifícalo, crucifícalo”, interpretaron.
Luego de ser severamente castigado por los soldados Romanos, Jesús es presentado ante Poncio Pilato, quien ante la presión de la muchedumbre, cede a la petición de los Sacerdotes y ordena la crucifixión de Jesús, quien es escoltado hacia el Gólgota para cumplir con su sentencia.
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? – Está llamando a Elías – Todo está consumado; Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu – En verdad, este hombre era el Hijo de Dios”, relataron.
Durante las cinco horas y media en las que se representó la pasión y muerte de Cristo, la Cruz Roja reportó que se atendieron a 12 personas, por golpes de calor, raspones y uno por crisis convulsiva.