Tabasco, 04 mayo; poderycrítica.-Fabián Granier Calles, mejor conocido como “Fabiancito”, dio un giro estrepitoso a su vida en un sexenio: pasó de ser repartidor de despensas para los pobres a principios del gobierno de su padre Andrés Granier Melo en el periodo del 2007-2012 en Tabasco a darse una vida de lujos en Cancún, Quintana Roo, hacer fiestas en su yate y comprar ropa en tiendas exclusivas de Estados Unidos los .
Apenas el priista llegó al Ejecutivo tabasqueño el 1 de enero de 2007, su hijo Fabián, entonces de 27 años, se convirtió en gestor social repartiendo despensas, láminas, cancelando multas, infracciones y más, todo para ganar popularidad. Pero las solicitudes de ayuda las hacía desde la residencia oficial y con el apoyo, según medios locales, de más de 100 empleados del gobierno. Pronto el “junior” se convirtió en un dolor de cabeza para su padre.
Se le acusó de peculado. Panistas y perredistas tabasqueños pidieron frenar a Granier Jr., mientras que su papá sólo alcanzó a defenderlo diciendo: “Mi hijo Fabián me ayuda a atender a la gente que su padre no puede atender”.
Al tiempo que esto pasaba la deuda del estado iba en aumento. Granier Melo recibió el poder de manos del priista Manuel Andrade, quien le dejó una deuda por 450 millones de pesos. En sus seis años de gobierno ese pasivo creció a más de 10 mil millones. Sin embargo, el siguiente Gobernador Arturo Núñez informó que el monto real era por 17 mil 737 millones de pesos, a lo que se sumaron pasivos bancarios y supuestos desvíos de recursos, que dieron un total de 23 mil millones de pesos.
“Fabiancito” no es el único miembro de la familia Granier Calles que ha sido señalado por sus excesos.
Desde que Andrés Granier Melo llegó al poder, su familia vivió rodeada de lujos y seguridad.
Las investigaciones de la prensa nacional indican que desde el inicio de su administración los familiares y amigos de Granier usaron 19 camionetas blindadas de las empresas Automóviles Monterrey, S.A. de C.V. y Chevrolet del Caribe S.A. de C.V. Esto derivó en un gasto de 16.2 millones de pesos del erario público en un contrato anual.
En tanto, en la Quinta Grijalva, la residencia oficial, se llegaron a gastar 35 millones de pesos en un año. En dicho inmueble se erogaban en promedio un millón de pesos mensuales para emplear a 160 personas entre servidumbre y personal de seguridad.
Los gastos dentro de la Quinta eran por demás increíbles, según la asociación un kilo de cebolla se compraba en 100 pesos, un paquete de pan en 70 y se gastaban más de 100 mil pesos en banquetes.
Pero los grandes gastos no sólo se dieron en Tabasco, distintos medios indican que tras dejar la entidad parte de la familia habría realizado un crucero por Orlando, Florida. Las cabinas “deluxe” para los Granier Melo, su esposa, sus hijas Mariana y Paulina, así como los esposos de éstas, tuvieron un valor de entre 4 mil 38 dólares y 5 mil dólares cada una.
Las hijas del ex Gobernador, Paulina y Mariana, también aprovecharon para divertirse en la gestión de su padre: lo mismo viajaron por el mundo, abrieron la franquicia Yogen Früz Yogurty’s en la Plaza Altabrisa, de Villahermosa y adquirieron tiempos compartidos en hoteles como el Marriot de París.
Estos son solo algunos de los excesos de la familia Granier, pero al parecer no fue suficiente con lo que saquearon para el pueblo tabasqueño ya que ahora el químico Andrés Granier busca ser el próximo presidente municipal de Centro, mientras que su hijo Fabian va por una diputación local.
Fuente: Sin embargo, 2013