Voy en el avión rumbo a Cancún, a once km. sobre el nivel del mar, para que no digan que no tengo ideas de altura. Aunque voy feliz a ver a mis nietos e hijas y a rescatar a mi esposa, secuestrada por ellos, vengo con la congoja de siempre de ver a tanta gente jodida.
Ayer fui al banco que está en Méndez y Pagés Llergo y vi en la puerta de dos Bancos a varias chamacas, pubertas, con sus topers de plástico
con empanadas y pastelillos. Sentadas en el suelo. Ni siquiera los ofrecían. Mudas. Sumisas. Vencidas a esa edad. En vez de estar en la escuela.
En vez de pelear por adquirir conocimientos, que es lo único que nos puede salvar. ¿¡En cuantos meses más piensan que esas niñas estarán embarazadas.!?. Muchas por ignorancia, muchas por abuso y muchas, aunque usted no lo crea, porque se sienten que al tener un hijo sirven para algo. Se sienten vivas. Algo parecido me dijo hace ocho años uno de mis secuestradores: cuando menos, Doctor, siento que sirvo para algo, es emocionante, me gano una lana, aunque sé que en tres años en promedio, estoy preso o muerto.
Es de llamar la atención que ningún periodista, locutor, diario, televisión, radio, o político, u organización alguna, toquen de manera enérgica y agresiva y constante, el desmadre familiar en que viven tantos millones de familias en México. Por eso pienso que es un gran complot de valores entendidos en que a todos los mencionados les conviene que siga el río revuelto.
No pido capar a nadie, no pido salpingoclasia o esterilizaciones dictatoriales, ya ni pido educación, porque el gobierno ya dio retropatrás a la reforma educativa, o esta será light, como dije hace unos meses.
Sólo pido campañas como la del uso del cinturón de seguridad y del no fumar donde haya no fumadores.
Hacer conciencia en el hombre y la mujer de la tremenda responsabilidad que es traer un hijo al mundo. Atacar al machismo. Subrayar
a la mujer que con un hijo no atrapas al hombre, el que cae en la trampa es el pobre hijo. Avergonzar a los padres irresponsables. Decirles
que el gobierno puede jalar o empujar a los pobres, pero que si se le suben tantos a los hombros, simplemente lo imposibilitan de avanzar.
Es lo que ha pasado, mal que bien los gobiernos hacen algo, pero cada vez hay más pobres. Los jóvenes profesionistas que se casan en estos tiempos tienen solo dos hijos. ¿Tan malo será pedirles a los que no tienen profesión, ni educación, ni casa propia, ni oficio, ni empleo, ni nada, tan malo será, repito, pedirles que no tengan más de ese número de hijos? ¿Tan malo seré por querer esta campaña?.
Si algunos grupos, (ya lo hicieron algunos grupos directivos de empresarios) pidieran desaparecer las maneras paternalistas en que el gobierno gasta billones, para disminuir, la pobreza, logrando resultados contrarios después de varias décadas de fracasos, otro gallo nos cantara. Si grupos de Médicos u otros profesionistas nos empezáramos a manifestar por una planificación familiar a fondo, veríamos resultados pronto. El gobierno no planea nada. Sólo responde cuando la Sociedad lo presiona o lo rebasa.
Ya lo he dicho varias veces:
MIENTRAS HAYA TANTA GENTE QUE NO TIENE NADA QUE PERDER, TODOS SEGUIREMOS EN PELIGRO. ANDRES MANUEL, A LOS POBRES TAMBIÉN HAY QUE HABLARLES DE RESPONSABILIDADES. Dice Narro, bien, que los libros desanimalizan. Y evitar la reproducción
humana precoz e irresponsable, MÁSSSSSSSS. Digo Yo.
Revista edición impresa año 8 #135
Descarga Aquí https://www.poderycritica.com/wp-admin/post.php?post=332825&action=edit
Read more