PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | En las fronteras norte y sur de México surgen escuelas para los niños migrantes en un esfuerzo para que no pierdan su derecho a la educación tras meses a la deriva en medio de las restricciones migratorias.
En Ciudad Juárez, en el límite de México con Estados Unidos, cientos de menores de edad de Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Honduras e, incluso, del sur de México, siguen estudiando el nivel básico desde septiembre pasado en la escuela primaria Pascual Ortiz Rubio.
“Lo primero que hicimos fue sensibilizar al personal, pero para nosotros fue una sorpresa agradable que los niños que vienen del extranjero no están tan atrasados educativamente, se adaptan fácilmente en clases, ellos tienen otra perspectiva de la vida y se trata de aprender de ellos”, agregó.
Menores de edad que migran
El Gobierno de México registró 70 mil 19 menores de edad en migración irregular en 2022, principalmente de Centroamérica, de los que casi una quinta parte viajaban no acompañados, según un reporte de febrero de la Secretaría de Gobernación (Segob).
Además, en los últimos 5 años Estados Unidos ha deportado a México a más de 217 mil menores de edad, según la Unidad de Política Migratoria de México.
La escuela Pascual Ortiz Rubio se considera la primera a nivel nacional en abrir sus puertas para niños en movilidad, aunque la Secretaría de Educación Pública (SEP) no ha proporcionado estadísticas sobre el número de estudiantes extranjeros.
En Ciudad Hidalgo, la escuela “Ignacio José de Allende y Unzaga”, es el único centro escolar que recibe sin distinción alguna a niños de Guatemala, Honduras, Salvador, Nicaragua, dos panameños y hasta dos estadounidenses, explicó Juan José González Pérez, director del plantel.
Las escuelas están abiertas para todos los niños y de cualquiera que sea la nacionalidad, a los niños los preparamos o padecemos, es la ayuda que está dando a través de la Secretaría de Educación y de la Presidencia de la República, donde hoy es un Gobierno humanista”, afirmó.
El director González Pérez expuso la gravedad de los problemas psicológicos porque hay niños migrantes que han visto cómo han matado a un hermano o amenazado a su madre.