PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | Hubo un tiempo en el que Jeffrey Epstein era una financista supuestamente respetable, dueño de una de las principales mansiones de West Palm Beach. Y Ghislaine Maxwell, su novia, era ama y señora de esa mansión, así como anfitriona de ricos y famosos.
Pero el mundo conoció la verdad de lo que pasaba en esa mansión y en las islas privadas del magnate, y el horror fue absoluto. Tráfico de mujeres para uso sexual, inclusive de menores de edad. Epstein fue condenado y se suicidó en prisión. En tanto, Maxwell fue condenada como cómplice y entregadora.
Un juez la sentenció a 20 años de prisión por traficar sexualmente a mujeres y menores de edad para Jeffrey Epstein. La británica, hija de un acaudalado empresario y acostumbrada a los más extravagantes lujos, pasará sus días en la prisión federal de baja seguridad FCI, ubicada en Tallahassee, capital del estado de Florida. Si no tiene ninguna complicación en prisión, con buena conducta puede llegar a estar allí al menos hasta el año 2037.
Hasta ahora, desde su condena, ha estado detenida en una prisión en Brooklyn, estado de Nueva York, donde se ha quejado de las condiciones porque la mantenían aislada. Desde antes de la condena, Maxwell está en lista de cuidados especiales en prisión por ser considerada en riesgo de suicidarse.
Recordemos que su novio, Epstein, se quitó la vida mientras estaba detenido en una prisión federal de Nueva York en 2019.
Maxwell está apelando su sentencia y contrató a un nuevo abogado para hacerlo.
Información de Infobae