Poder y Crítica | Redacción | No sólo es por haber caído hasta el fondo en las elecciones para gobernador, es por toda la estela de confrontación y divisionismo que dejó a su paso en el PRI de Quintana Roo, empezando por la ruptura con la abanderada Leslie Hendricks Rubio.
En efecto, el dirigente nacional de Movimiento Territorial, MT, Erubiel Alonso Qué, mostró su incapacidad en las elecciones del 6 de junio. Su incapacidad política y su nulo poder de convocatoria llevaron al PRI a obtener la peor votación en la historia, con un raquítico 3% que a punto estuvo de costarle el registro.
El dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas se empeñó en enviar a Quintana Roo a un político precedido de fracasos políticos y con una fama de corrupto. En el primer caso, perdió la gubernatura de Campeche al fungir también como delegado nacional. Este batacazo le ha salido muy caro a ‘Alito’ porque la gubernadora morenista Layda Sansores está a punto de enviarlo a prisión como resultado de los videos exhibidos en las últimas semanas.
Es decir, al perder Campeche puso al descubierto las debilidades del líder del CEN, arrastrándolo a un peligroso futuro que, por lo pronto, ya le ha quitado la oportunidad de ser el candidato presidencial en 2024. De ese tamaño fue el daño que Erubiel le hizo a ‘Alito’ al caer en el estado de las murallas
En el segundo caso, mucho se ha hablado en Tabasco de los oscuros nexos que como dirigente estatal del PRI tuvo con el entonces mandatario perredista Arturo Núñez Jiménez. Sus propios correligionarios lo acusaron de negociar las candidaturas, llevando con esto a perder todas las elecciones en las que participó. Sospechosamente, tras su paso por la dirigencia estatal emergió como un próspero empresario del ramo llantero, con decenas de sucursales en varios estados del sureste.
A pesar de todos estos antecedentes, ‘Alito’ insistió en enviarlo en apoyo a la candidatura de Leslie Hendricks, lo que al final derivó en otro sonoro fracaso.