PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | Néstor y Ángel solo tienen 14 y 13 años de edad, respectivamente y se presume que ya participaban en las filas de una célula del crimen organizado encargada de perpetrar delitos como: cobro de piso, extorsiones, secuestros y ejecuciones en Nuevo León.
La desarticulación de la banda, el pasado 9 de julio, puso en evidencia una vez más lo que es una realidad: la participación de menores de edad en grupos del crimen organizado.
En Nuevo León, los grupos delictivos están reclutando a estos jóvenes como “carne de cañón” para sus actividades ilícitas.
Añadió que antes los menores de edad eran usados por los grupos del narcotráfico como “halcones”; sin embargo, en años recientes su actividad ha variado.
El crimen organizado ha ido robándose la inocencia de los menores de forma apabullante al enrolarlos en sus actividades fuera de la ley. En el estado el 90% de los menores imputados son por delitos vinculados a actividades relacionadas con estas células delictivas.