México, 28 Junio; poderycritica.- Durante 25 años el Partido del Trabajo (PT) ha estado dominado por “una oligarquía” compuesta por nueve integrantes de su Consejo Político Nacional (CPN), quienes imponen candidatos, controlan presupuestos y deciden el reparto de las prerrogativas electorales, federales y locales: alrededor de 6 mil millones de pesos.
Sus 700 mil votantes —en promedio— o sus cerca de 50 mil afiliados, según el registro de la página web del Instituto Nacional Electoral (INE), han visto pasar varias veces a su dirigencia en los cargos de elección popular.
Pero nada en 25 años del tan proclamado lema del PT: “¡Todo el poder al pueblo!”. La frase, como otras tantas que arrastra esa organización de origen maoísta, ha sido mera retórica.
El recuento lo hace la especialista en partidos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Mariela Díaz Sandoval: “Ha sido un partido con una dirigencia inamovible de carácter centralizado en sus decisiones; es una oligarquía que en más de dos décadas ha sido encabezada por Alberto Anaya”.
El dirigente Anaya o “camarada Anaya”, como gusta que lo llamen, surgió de la lucha de colonos por un pedazo de tierra al norte del país con su organización, Frente Popular Tierra y Libertad de Monterrey. Antecedente, junto con otras organizaciones “de masas”, del actual PT.
Como dirigente de este partido se convirtió en factor decisivo para la asignación de puestos directivos, coordinaciones parlamentarias, diputaciones federales y locales, senadurías, alcaldías, es decir, tiene en sus manos el manejo de presupuestos millonarios.
Solo a escala federal, producto de prerrogativas electorales, el dinero que llegó de 1997 a 2015 a las arcas del PT, según datos del INE, fueron 4 mil 221 millones 700 mil 150 pesos con 30 centavos.
Adicional es lo que recibieron de 1991 a 1996.
Otro dinero público es el manejado en las coordinaciones de su fracción parlamentaria de por lo menos 19 congresos locales, incluido el DF, en los que el PT ha colocado diputados, además de las prerrogativas estatales que recibe.
EL DINERO QUE TRABAJA
Desde la fundación del PT, en 1990, Alberto Anaya y su esposa, María Guadalupe Rodríguez Martínez, lucen en los dos primeros puestos de ese consejo político.
Él ha sido, por lo menos, cuatro veces diputado federal y dos veces senador; su carrera de representante popular la inició en 1988 y está por concluir su último encargo en la Cámara de Diputados, es decir, han sido 27 años, ininterrumpidos, como representante popular.
Su esposa, que también fue fundadora del partido en Monterrey, ha sido dos veces diputada federal e impulsa el trabajo con niños en por lo menos 73 centros educativos en nueve estados.
Y es que la educación ha sido otro recurso financiero de la pareja petista. Una investigación de El Siglo de Torreón, efectuada en 2013, encontró que esos centros educativos se han visto beneficiados con recursos federales.
Tanto el diputado Anaya como su esposa y Alejandro González Yáñez —otro de los integrantes del consejo político— se han mostrado activos “en bajar recursos” para beneficio de la educación… pero de sus propios centros escolares. El mecanismo es que las secretarías de Finanzas de los estados firman convenios con las organizaciones sociales y populares ligadas al PT. Anaya y los suyos nunca lo desmintieron.