Poder y Crítica | Redaccion | El panorama económico de México ha desatado el optimismo entidades como el Banco Mundial, que ajustó su pronóstico de crecimiento para este año a 2.5%, mientras que BBVA incluso lo elevó a más de 3%, si Estados Unidos “no da ninguna sorpresa”.
Consignaron que la confianza del consumidor continuará como un factor de apoyo para la economía, tal como se ha visto desde mediados del año pasado y seguirá reflejando la recuperación tardía de sectores económicos impactados por la pandemia.
El nuevo pronóstico del Banco Mundial incorpora una segunda revisión al alza consecutiva, pues en abril previó que se lograría un incremento de 1.5 por ciento.
La expectativa revisada del organismo deja la expectativa arriba del estimado promedio que tiene el mercado, según la encuesta Citibanamex, pero se mantiene aún debajo de la proyección de 3% en la que basó el Gobierno el Presupuesto de Egresos de la Federación 2023.
Sin embargo, coincidió con el Fondo Monetario Internacional (FMI) al advertir que el contexto mundial de altas tasas de interés puede provocar estrés en el sistema bancario y que hay riesgo de una crisis crediticia en economías avanzadas.
‘NEARSHORING’, EL MOTOR
México tiene una “enorme oportunidad de impulsar el crecimiento” debido a su estratégica ubicación; el desempeño de la economía y a las empresas, por lo que el Producto Interno Bruto (PIB) puede crecer por arriba de 3%… si no hay recesión en Estados Unidos, consideró Grupo BBVA.
Eduardo Osuna, director general de BBVA México, indicó que el impacto potencial del “nearshoring” se reflejaría en un crecimiento del 1% adicional al PIB por año, por lo que se podría registrar un incremento de tres puntos porcentuales anual en la inversión privada; un aumento anual de 400 mil empleos adicionales; la creación de clases medias, y un rango de 1.2 puntos porcentuales de mayor consumo privado.
Sin embargo, también reconoció que existen problemas que deben resolverse. “El país podría elevar significativamente su crecimiento económico si logra resolver importantes ‘cuellos de botella’ que aún existen, como una modificación de la política energética; detonar inversión en regiones clave para mejorar la infraestructura, así como el impulso a la competitividad”, dijo durante la reunión nacional de consejeros regionales de BBVA.