Ciudad de México; 30 de marzo; poder&crítica.- La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) hizo un llamado a los gobiernos y socios de la aviación de Latinoamérica para que trabajen en temas como impuestos, regulación inteligente, infraestructura rentable y eficiente y medio ambiente, para impulsar el desarrollo económico de la región.
“En Latinoamérica y el Caribe la aviación genera más de 4.9 millones de empleos y contribuye con 153 millones de dólares al PIB regional, cifras que podrían ser mayores aún si no fuera por los elevados impuestos, la regulación onerosa y las infraestructuras deficientes que perjudican la operatividad de las aerolíneas”, dijo Tony Tyler.
Por ello, el consejero delegado de la IATA considera que una mayor colaboración entre los socios de la cadena de valor y los gobiernos en esas materias puede desbloquear todo el potencial aún sin explotar e impulsar el crecimiento económico.
En este sentido, instó a los gobiernos a que reduzcan los elevados impuestos que comprometen la conectividad aérea y el desarrollo económico en la región, ya que en ésta existen 130 impuestos diferentes sobre el pasaje aéreo.
“Cada impuesto encarece la conectividad para las empresas, viajeros individuales y el turismo, y en definitiva, limita la capacidad de la aviación para hacer lo que mejor sabe hacer: catalizar el crecimiento económico”, dijo Tyler.
De igual manera, expuso que se requiere que los gobiernos adopten los principios de una regulación inteligente (smarter regulation) en materia de protección de los consumidores y en línea con los estándares globales. Sobre infraestructuras deficientes, afirma que es un gran problema en la región, y dijo que hacia 2034 el número de pasajeros de la región se duplicará hasta los 525 millones, mientras que aeropuertos clave en Argentina, Colombia, Ecuador, México y Perú tendrán que lidiar con una congestión aérea cada vez mayor.
Insistió también en la unidad de la industria para abordar el impacto del transporte aéreo sobre el medio ambiente y reiteró el compromiso de mejorar la eficiencia del combustible, un crecimiento neutro de carbono a partir de 2020 y la reducción de las emisiones netas a la mitad en 2050 (respecto a niveles de 2005). Para ello, la industria ha establecido la estrategia de cuatro pilares centrada en inversión en tecnología, operaciones efectivas, infraestructuras eficientes y medidas basadas en criterios de mercado.