Villahermosa, Tab. 30 septiembre; poderycritica.-Los hechos donde que sucedieron el domingo pasado donde perdieron la vida dos jóvenes y resultaron heridos dos más, inició frente a las instalaciones de la Vice Fiscalía de Alto Impacto, dependiente de la Fiscalía General del Estado (FGE), revela el informe rendido por policías federales que participaron en la balacera.
Los tres elementos de la policía federal se encontraban ese domingo 27 de septiembre dando resguardo a las instalaciones estatales cuando presuntamente la camioneta Ranger color blanca donde viajaban los jóvenes pasó sobre la calle Porfirio Díaz a toda velocidad e intentó arrollar a uno de los oficiales.
Según el parte informativo dirigido al Ministerio Público Federal, los hechos iniciaron a las 9:15 horas, cuando la camioneta Pickup rozó con el espejo retrovisor el antebrazo del policía Adrián Quijada Márquez y éste presuntamente observó que los jóvenes portaban una pistola con la cual hicieron una detonación al aire.
Esta situación hizo que otro elemento federal de nombre José Vargas Coranguez, les marcara el alto, a lo que los tripulantes de la camioneta hicieron caso omiso, e incluso el policía asegura que tuvo que arrojarse al asfalto para evitar ser atropellado, al tiempo que los jóvenes realizaban disparos con arma de fuego.
Persecusión con final lamentable
Ante los hechos presuntamente registrados frente a oficinas de la FGE, los federales iniciaron una persecusión sobre las calles Porfirio Díaz, Niños Héroes, Venustiano Carranza y Francisco Sarabia, llegando a la altura de la vía Belisario Domínguez, donde los agresores detuvieron su marcha.
En ese momento —siempre según los agentes federales—, de la parte trasera de la camioneta blanca descendió un hombre que vestía pantalón de mezclilla color azul y playera color negro, y que portaba un arma larga con la cual realizaba disparos hacia las patrullas, por lo que procedieron a repeler la agresión “real e inminente de la que éramos objeto, al estar en peligro nuestras vidas y la de otras personas, y al estar en cumplimiento de nuestro deber”, reza el parte de hechos.
Este es el argumento principal utilizado por los policías Santos Mario Texcalpa, Camilo Iván Serrano Saavedra y José Ángel Guzmán Morroy, para accionar sus armas de cargo, las cuales detonaron, según ellos, de manera proporcional a la agresión.
En el enfrentamiento resultó herido de bala el sub oficial Esteban Pérez Portugués a quien presuntamente el agresor sorprendió por la espalda, a la altura de los hombros y el oído, acto seguido el tirador huyó perdiéndose de vista en una de las viviendas de la calle Belisario Domínguez, quedando imposibilitado de darle alcance, ya que había fuego cruzado.
Auxilian a los heridos
Una vez controlada la situación, el policía Camilo Iván Serrano Saavedra asegura que descendió de la patrulla 14678 y se acercó a la camioneta Ranger para auxiliar a las víctimas, fue allí que observó el cuerpo de unos de los jóvenes y que al tomarle los signos vitales se percató que estaba ya sin vida. Además, asegura haber visto al interior del vehículo un arma corta sin precisar el calibre.
En una segunda acción, el policía José Ángel Guzmán Morroy revisó a otra de las víctimas y confirmó que también estaba muerto. Posteriormente los policías Santos Mario Texcalpa, Juan Alberto Alonso Ortega y Sergio Hernández Sanabria dicen haber brindado auxilio a Roberto Contreras Cárdenas de 27 años, así como a Jorge Luis Gómez Estrada, de 29 años, ambos lesionados y que fueron trasladados al hospital Gustavo A. Rovirosa, al igual que el sub oficial herido Esteban Pérez Portugués a bordo de la patrulla 15091.
Finalmente los oficiales aseguran que al revisar la camioneta Ranger hallaron en su interior una botella de Whisky Buchanan vacía en la batea, así como latas de cerveza.
Además acusan que una persona de aproximadamente 55 años manipuló la escena del crimen y se apoderó de las pertenencias de los ahora occisos. Narran que en el lugar de los hechos fueron cercados por vecinos de la colonia y familiares de las víctimas que los insultaron amenazándolos con quemar las patrullas y sacar machetes, al tiempo que les gritaban “de aquí no se van”.