PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) ha revelado que actualmente no cuenta con los equipos analíticos necesarios para llevar a cabo estudios que determinen la presencia de contaminación del agua causada por medicamentos desechados en ríos y lagunas. Esta declaración pone de manifiesto un vacío en el monitoreo de contaminantes químicos en los cuerpos de agua del país, un tema de creciente preocupación medioambiental y de salud pública.
Pablo Vargas, especialista Técnico C del Departamento de Calidad del Agua de la Dirección Local de CONAGUA, explicó a Telereportaje que la identificación de compuestos químicos derivados de medicamentos es particularmente compleja debido a su diversidad y a la posibilidad de que se combinen con otros elementos presentes en los afluentes.
«El monitoreo que realiza la Conagua no está específico para medicamentos. Los medicamentos son compuestos químicos que son tan variables, son miles de compuestos distintos, que para realizar la detección de estos, necesitarías establecer los métodos analíticos que requieren», comentó Vargas.
Actualmente, CONAGUA se enfoca en medir parámetros relacionados con la presencia de metales en el agua. Vargas señaló que para realizar un estudio específico sobre la contaminación por medicamentos, sería necesario desarrollar metodologías analíticas y establecer sitios de muestreo específicos, particularmente en áreas cercanas a las descargas de aguas residuales.
«Existen dos tipos, uno que es básicamente de la red nacional, que es rutinario, que tiene establecida su red, y los estudios especiales, cuando se requiere, se hace el monitoreo en sitios específicos. Ahora, para detectar medicamentos, se tendría que realmente establecer sitios específicos, ya sea donde están las salidas o descargas de aguas residuales», explicó Vargas.
En estudios realizados a nivel internacional, especialmente en países europeos, se ha encontrado que muchos químicos de medicamentos se concentran en las aguas residuales debido a su excreción por el cuerpo humano más que a su eliminación directa en el ambiente.
«A nivel mundial, en donde se han hecho algunos estudios para detectar medicamentos, que la mayoría se encuentra en las aguas residuales, en las descargas de aguas negras, por cuestiones de los medicamentos que llegan por la excreta de los seres humanos, no tanto por los que caen al medio ambiente», indicó Vargas.
La presencia de estos compuestos plantea riesgos de bioacumulación, donde la concentración de químicos aumenta a medida que se sube en la cadena alimenticia, afectando la flora y fauna local. Esto es especialmente preocupante para antibióticos, esteroides, y hormonas que pueden causar alteraciones en microorganismos y ecosistemas acuáticos.
Vargas también alertó que las plantas potabilizadoras no están diseñadas para eliminar estos compuestos del agua, lo que significa que los medicamentos pueden permanecer en el agua potable que llega a los hogares.
«Otra cuestión, es que las potabilizadoras, no están configuradas para eliminar esos compuestos del agua. Para empezar, ni siquiera los detectamos, y de ahí, cuando pasen por una potabilizadora, esos elementos no van a ser removidos del agua y van a ser distribuidos a través de las redes a las casas», advirtió.
El especialista sugirió que este campo podría ser objeto de investigación futura, pero destacó la necesidad de una significativa inversión para desarrollar capacidades de monitoreo y análisis de estos contaminantes.
Finalmente, Vargas recomendó a la población que no deseche medicamentos caducados en la basura común. En su lugar, sugirió colocarlos en recipientes de vidrio o plástico para minimizar su contacto con el medio ambiente.
Esta situación subraya la urgencia de incrementar la infraestructura y los recursos dedicados al monitoreo de contaminantes emergentes en los cuerpos de agua, para proteger la salud pública y preservar la integridad de los ecosistemas acuáticos.