PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | El temporal que desde el lunes de la semana pasada ha estado azotando el estado de Río Grande del Sur, en Brasil, hasta el momento ha dejado al menos 116 muertos, más de 750 heridos y otros 143 desaparecidos.
Defensa Civil informó ayer que alrededor de 408 mil 100 personas se vieron obligadas a dejar sus hogares, de las cuales 70 mil 772 permanecen en centros de acogida y otras 337 mil 346 en casas de amigos o familiares.
Son más de 1,9 millones las personas perjudicadas por la magnitud de unas inundaciones que no se habían visto desde 1941.
De los 497 municipios que conforman Río Grande del Sur 437 se han visto afectados de algún modo, entre ellos la capital Porto Alegre, donde el nivel del agua ha llegado a superar los cinco metros.
El Instituto Nacional de Meteorología prevé que la región vuelva a ser azotada por fuertes lluvias, con volúmenes que superen los 100 milímetros.
De acuerdo con la previsión, los vientos cambiarán de dirección y soplarán desde el sur, dificultando el discurrir de las aguas en algunos municipios.
«La condición es bastante crítica, no sólo por la cuestión de los ríos», advirtió la meteoróloga Cátia Valente, del centro de prevención de eventos hidrológicos de Río Grande del Sur, según informó el diario ‘O Globo’.
Por otro lado, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) informó de que ya se ha puesto en contacto con las distintas autoridades brasileñas para colaborar con los afectados y está distribuyendo artículos de ayuda, como mantas y colchones, y evaluando las necesidades de la población.
Por último, ACNUR estima que se necesitan 3,21 millones de dólares para satisfacer las necesidades más urgentes, incluida la asistencia financiera directa a las personas afectadas y el suministro de artículos de socorro esenciales.
Con información de Reforma