Poder y Crítica | Redacción | Los ambientalistas del grupo Última Generación protestaron ayer contra el cambio climático, atacando obras de arte en tres ciudades: Milán, París y Oslo.
En Milán, cubrieron de harina un coche BMW pintado por el artista estadunidense Andy Warhol, afirmando que la acción busca “lanzar un mensaje de alarma sobre el colapso climático”.
Cuatro jóvenes lanzaron ocho kilos de harina sobre el vehículo, un BMW M1 de 1979, que está expuesto en la Fabbrica del Vapore, que alberga una retrospectiva sobre el maestro del pop-art.
Al menos dos activistas pegaron sus manos al piso de la exposición.
Otra protesta se llevó acabo en un conjunto monumental, en el parque de esculturas Vigeland en Oslo, Noruega.
En París, los ecologistas rociaron con pintura naranja una escultura de Charles Ray, Caballo y jinete, emplazada en el predio público de la Bolsa de Comercio parisina, que alberga la colección del multimillonario François Pinault.
Una acción similar se llevó acabo en un conjunto monumental en el parque de esculturas Vigeland en Oslo, Noruega.
Ante esto, el grupo parlamentario español Vox ha registrado una propuesta de ley para “garantizar la seguridad” en los museos estatales y de titularidad nacional, en la que insta al gobierno a reformar el Código Penal con el fin de aumentar las penas para los ataques contra las obras de estas instituciones.
Además, Vox reclama la creación de una sección específica dentro de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Judicial y en el Grupo de Patrimonio de la UCO, encargados de la protección y vigilancia del patrimonio de estos museos.
Esta misma semana, varios activistas lanzaron aceite sobre el cuadro Muerte y vida, de Gustav Klimt, expuesto en el Museo Leopold de Viena.