18 Junio; poderycritica.-Cuantos de nosotros desperdiciamos momentos importantes en la vida, momentos y oportunidades que quizá jamas volverán. Perdemos el tiempo quejándonos por todo, discutiendo por situaciones insignificantes, dando importancia y tiempo a personas que no valen la pena. Alejémonos de todas estas situaciones, personas y cosas que sólo obstaculizan nuestra felicidad.
Solamente tienes una vida, haz de ella lo que puedas, disfrútala al máximo. No rechaces lo que la vida te ofrece, porque entonces no tendrás más vida, camina siempre de frente, no retrocedas ante nada.
Tienes que aprender que así como hay días oscuros, hay días de luz, haz con ellos cuanto puedas porque nunca sabrás cual de ellos sera el ultimo, es necesario que nuestros ojos derramen lágrimas en algunos momentos para poder ver la luz y la claridad con toda su nitidez.
Cuando tropieces levántate, no pasa nada, al contrario con cada tropiezo aprendes una lección, y si el fracaso te visita, empieza de nuevo, pero ahora con mas fuerza. No siempre el mas veloz llegara primero, sino el mas sabio y paciente. Que hay que aprender a levantarse después de cada caída.
Nunca permitas que la cobardía ni el desánimo estropeen tus destino, cuando te sientas triste y débil, sólo mira a tu alrededor y seguro encontrarás una palabra de amor, gente que te apoye, personas que te hagan sentir importante, y que te devuelvan la vida en un instante.
Siempre conseguirás a alguien quien te escuche y acompañe, es importante y valioso tener una mano amiga a la cual poder sujetar la nuestra y no hacer el camino en soledad. La amistad no se compra con dinero, es un sentimiento grandioso que no tiene precio.
Los sentimientos más nobles y sinceros son los que debemos valorar, porque una sonrisa hace que cualquier dificultad sea más llevadera. En cambio el egoísmo y el abandono tan sólo conducen a consecuencias negativas.
Una mirada y un silencio sincero compartido dice más que una palabra dicha con hipocresía y hablando desde la mentira, las miradas hablan por sí solas. La distancia no tiene porqué ser sinónimo de olvido.
Reconcíliate con la vida, acepta lo que no puedes cambiar y cambia lo que sí puedes; llena tu espíritu de pensamientos alegres, tu corazón de dulzura y amor, pero sobre todo: dibuja una sonrisa en tu rostro.