A lo largo del proceso electoral, hemos podido ser testigos de múltiples actos por parte del candidato del PRD a la presidencia municipal de Cárdenas, Rafael Acosta León, que dentro de los lineamientos del INE están tipificados como delitos electorales, todos ellos con el mayor descaro y flagrancia.
Se han interpuesto denuncias, se han documentado con videos, fotografías, numerosos testigos y nada ha procedido por parte de las autoridades competentes hasta el momento en que un servidor escribe estas líneas.
En otros tiempos, existía cierto recato para cometer las denominadas mapacherías en el argot popular, hoy a plena luz del día, la administración municipal encabezada por el patrocinador oficial de la campaña de Rafael Acosta León, Avenamar Pérez Acosta, realiza obras de reconstrucción de calles, bacheo, etc; Sabedor de que existe una clara prohibición al respecto.
Todo esto es, a ojos vistos, una clara señal de desesperación ante la estrepitosa caída de Rafael Acosta León del segundo, al tercer lugar en las preferencias populares a pesar de todas las dádivas repartidas a diestra y siniestra.
Esperemos ver en esta recta final, un derroche de recursos públicos por parte del munícipe Avenamar Pérez Acosta en favor de su delfín, Rafael Acosta León,a quién pretende entregarle las llaves de la ciudad teniendo como aliado a un diputado plurinominal, Abraham Rosique Acosta, y es que en su contra pesan diversas acusaciones, destacando entre ellas por la gravedad de la misma, una por pedofilia en agravio de una menor, delito por el cual deberá responder en caso de perder la elección su candidato.
Curiosamente, ese es un tema compartido entre el munícipe y el candidato, ya que también Rafael Acosta León tiene una denuncia en su contra, por los mismos motivos, que no ha procedido por ocupar un escaño en la cámara de diputados en la actual legislatura.
Si le sumamos al flamante diputado plurinominal, Abraham Rosique Acosta, tenemos un trío que comparte apellido, pero sobre todo, comparte crímenes de todo tipo y en cualquier otro lugar del mundo deberían compartir, una celda.