Santiago, 19 Diciembre; poderycritica (Notimex).- Los representantes de Santa Claus en Chile sufren cada año con las altas temperaturas que se registran en el verano austral, ya que carecen de un traje acorde a los más de 30 grados centígrados que en promedio se registran en la zona central.
Santa Claus, conocido popularmente en Chile como “El Viejito Pascuero”, siempre viste un grueso traje rojo porque vive en el Polo Norte, atuendo que mantiene en su periplo por el mundo dejando regalos a niños y adultos.
Por ese motivo, los “Viejos Pascueros” que reciben las peticiones de los niños para Navidad en Santiago de Chile sufren con el calor veraniego y cumplen jornadas limitadas de ayuda a Santa Claus para poder refrescarse.
Por décadas, los representantes de Santa Claus aparecían unos días antes de Navidad en las plazas y parques de Chile para llenar de ilusión a los niños y posar en fotografías con ellos, pero el fuerte calor de esta época hizo que muchos emigraran hacia lugares como centros comerciales.
Uno de los representantes de Santa Claus en Chile que sigue en las calles dijo: “Mi intención es entregar un mensaje, hablar del Niño Jesús. Pese a que ando mojado por el fuerte calor, soy feliz porque entrego un mensaje al mundo”.
Su evidente barba postiza, las zapatillas rojas, sus lentes, la mochila, su delgadez y su vieja guitarra en la mano no son obstáculo para que sea considerado por los niños como un verdadero representante de Santa Claus.
El traje lo es todo. Ahí está la persona a quien confiarle aquel regalo soñado ante la atenta escucha del papá o la mamá.
Pero este “Viejito Pascuero” es muy particular porque se sube a los microbuses que circulan en Santiago para cantar y tocar su guitarra, pedir algunas monedas y saludar a los niños y escuchar sus peticiones. Es, en términos modernos, un “Viejito Pascuero” móvil.
“Los niños me piden regalos, me entregan sus cartas y vivo momentos muy especiales con ellos, porque ahí está la inocencia, el creer en este personaje que dentro de unos días lo hará feliz llevándole, ojalá, lo que están pidiendo”, añadió.
“Vestir este traje con este calor podría parecer un sacrificio, una locura, pero uno hace feliz a la gente, a los adultos y a los niños por igual, porque todas las personas llevan un niño en su interior que tiene la ilusión de recibir un regalo en Navidad”, agregó.
Otro de los representantes de Santa Claus en Chile se encuentra en la Estación Central de esta capital, populoso lugar al cual llegan los trenes provenientes del sur del país y que tiene un flujo constante de gente debido a la cercanía de centros comerciales.
Barba blanca natural, algo de sobrepeso y una simpatía natural, este “Viejito Pascuero” está sentado todo el día a la sombra, pero cuando debe salir de su trineo, donde se saca fotografías con los niños, sufre con el calor veraniego de la capital.
“La mayor parte del día estoy escuchando a los niños acá en mi trineo, pero en algunas oportunidades debo salir fuera de la Estación, donde está el árbol de Pascua, y ahí sí hace calor, el sol pega muy fuerte ahí y se sufre un poco”, comentó.
Para él, ser uno de los representantes de Santa Claus en Chile es un orgullo y no constituye un trabajo, sino parte de su vida en esta época del año donde escucha a los niños con “santa” paciencia y por varias horas.
Esa es la vida de los representantes de Santa Claus en el sur del mundo, alejados de la tradicional imagen de nieve y frío que se impone en el mundo y que los obliga, pese al fuerte calor del verano austral, a vestir un grueso traje rojo y una frondosa barba blanca. Todo sea por la ilusión de los niños.