Si algo no ha sido atendido en Cárdenas, es la inseguridad que prevalece en todo el territorio de este municipio de
la Chontalpa.
Secuestros, extorsiones, derecho de piso, asaltos son el pan de cada día para los habitantes de la ciudad y sus comunidades, al grado de existir un toque de queda implícito en cuanto empieza a oscurecer.
El grado de corrupción por parte de las autoridades y de impunidad por parte de los delincuentes, ha forzado a la ciudadanía a tomar justicia en mano propia, creando comités de vigilancia vecinal que responde al llamado de un silbato y donde armados con machetes, palos, una especie de látigos hechos de cables y cualquier objeto contundente, salen decididos a detener al vándalo en turno.
No obstante los numerosos reclamos, amén de las estadísticas de organizaciones no gubernamentales y del gobierno federal, el presidente municipal, Rafael Acosta León, de manera por demás sospechosa, no solo no ha llevado acción visible alguna para disminuir la delincuencia y la inseguridad sino que ha habido un considerable incremento en los hechos delictivos desde el inicio de su
administración a la fecha.
En las avenidas comerciales más importantes de la ciudad se pueden observar locales vacíos donde otrora se encontraban tiendas emblemáticas de la historia de este municipio, parte de esta situación ha sido el crecimiento desmedido del comercio informal que invade estas calles con la anuencia de las autoridades y que suponen una competencia desleal contra el comercio establecido por los bajos costos con que operan, además del derecho de piso que tienen que pagar si desean continuar con sus actividades.
Incontables son las historias que cualquier vecino tiene de diversos actos criminales cometidos en contra de amigos y familiares cuando no en carne propia y quienes por no contar con los medios para poder abandonar este peligroso lugar tienen que seguir jugando a la ruleta rusa que implica salir todos los días a ganarse el sustento, amargamente añoran aquellos días en que todos se conocían y podían salir a divertirse sanamente sin temor a ser una estadística más.
Mientras tanto, el cinismo de Rafael Acosta León lo ha llevado a expresar su deseo de reelegirse aduciendo “el gran trabajo realizado” como argumento y haciendo campaña descarada con recursos municipales.